La farmacia comunitaria ha consolidado su posición como pilar fundamental del sistema de salud en nuestro país, fortaleciendo su rol como una de las primeras líneas de atención a las necesidades de la ciudadanía y con una contribución neta a la creación de futuros más saludables.

La pandemia representó un punto de inflexión en este avance, donde farmacéuticos y farmacéuticas superaron con nota el desafío, demostrando su papel crucial dentro del Sistema Nacional de Salud (SNS). Posteriormente, las farmacias han seguido reforzando este rol, a través de una propuesta integral de servicios y soluciones, que ha trascendido a la mera dispensación de medicamentos.

Así, hoy, los y las profesionales de las oficinas de farmacia son un referente de confianza incuestionable, estableciendo una relación cercana con la comunidad, a través de múltiples iniciativas. Entre estas mejoras, figura la entrega de medicamentos hospitalarios de dispensación ambulatoria (MHDA) directamente en el domicilio del paciente o los programas de vigilancia epidemiológica para el abordaje de necesidades de diferentes patologías, como VIH, psoriasis o párkinson.

Además, la farmacia ha seguido ampliando la oferta de tratamientos y servicios, reforzando determinadas categorías, como la veterinaria, o desarrollando capacidades específicas para responder a las necesidades de determinados grupos de pacientes, como el oncológico, acompañándole en todo el proceso, desde la detección precoz hasta el seguimiento.

En este sentido, hay que destacar la labor de apoyo de la farmacia al paciente en el camino de la lucha contra el cáncer, por su cercanía y capacidad de respuesta ante cualquier posible consulta. Recordemos que el cáncer es una de las principales causas de morbi-mortalidad en el mundo, siendo el cáncer de mama el más diagnosticado, seguido del de pulmón, colon y recto, próstata y estómago, todos ellos con más de un millón de casos a nivel global.

Por ello, se han impulsado iniciativas que refuerzan este rol de la farmacia comunitaria, como los programas de soporte al paciente oncológico, cuyo objetivo es facilitar recursos formativos para que, desde las boticas, puedan realizarse estas estrategias de acompañamiento u orientar al paciente sobre qué productos que pueden ser más adecuados para minimizar los efectos secundarios de los tratamientos, sobre todo en el ámbito dermatológico, bucal, nutricional o la fatiga, entre otros.

Otro ámbito en el cual hay que poner el foco desde la farmacia es el de la salud de las mujeres. En este sentido, hay que dotar de recursos y herramientas a la oficina de farmacia para que sea un punto de atención a las necesidades específicas de cada una de las etapas vitales de la mujer, como la menopausia o el embarazo, por ejemplo. La farmacia puede jugar un papel determinante para empoderarlas, ofreciendo consejo sobre temas esenciales sobre su propia salud y, además, aportar conocimientos que fortalezcan su propia toma de decisiones conscientes, permitiendo a las mujeres asumir un papel activo en su bienestar. Creemos que brindar recursos, herramientas y conocimiento no solo mejora la calidad de vida, sino que también fortalecerá la toma de decisiones conscientes.

“La farmacia comunitaria lidera el camino hacia un futuro más saludable, adaptándose a desafíos tecnológicos, diversificando servicios y centrando la atención en necesidades específicas de pacientes. Seguirán siendo referentes en el cuidado de la ciudadanía”

Asimismo, en el marco de la transformación digital en el que nos encontramos inmersos, las farmacias siguen incorporando herramientas y soluciones tecnológicas que respondan a las necesidades de sus pacientes. La incorporación de la telemedicina u otras aplicaciones tecnológicas está reforzando el nexo de la farmacia con los pacientes, permitiendo una atención más personalizada.

Como ejemplo representativo, las farmacias más innovadoras están incorporando aplicaciones tecnológicas que facilitan a sus usuarios el acceso a una variedad de servicios de salud disponibles en sus boticas de confianza. Estas apps, además, también pueden incorporar consejos, actualizaciones y noticias para mantenerse informado en temas de salud, a través de una fuente confiable, así como promover un estilo de vida saludable.

Adicionalmente, con estas aplicaciones, los pacientes pueden comunicarse directamente con su equipo farmacéutico de confianza, permitiendo la realización de llamadas o el envío de mensajes de WhatsApp, u obtener información detallada sobre horarios y servicios disponibles en cada farmacia asociada. En la misma línea, estas soluciones pueden incorporar plataformas de telemedicina, como Alphega Salud, a través de las que se pueden realizar consultas telemáticas con médicos, veterinarios y nutricionistas, por ejemplo.

Por todo ello, la farmacia comunitaria lidera el camino hacia un futuro más saludable, adaptándose a desafíos tecnológicos, diversificando servicios y centrando la atención en necesidades específicas de pacientes. Se trata, en definitiva, de un escenario propicio que les permitirá seguir siendo referentes en el cuidado de la ciudadanía, con un valor social incalculable.